RUTA TURISTICA A LA SIERRA DE SEGURA

INTRODUCCION

La gran desconocida del Parque Natural de Cazorla sigue siendo la Sierra de Segura, a pesar de su extensión. La elección de nuestra siguiente ruta estaba decidida, nosotros inspeccionaríamos los parajes naturales de Segura, casi vírgenes por el poco bullicio turístico, y sus pueblos marcados por las tradiciones.

  Acantilados rocosos sirven a la población de Hornos de morada; Segura de la Sierra controla la zona desde su castillo, mientras los visitantes se acercan a la casa de Jorge Manrique; así se suceden los municipios de la sierra, cada uno con un encanto particular y especial. Nosotros te invitamos a conocerlo.

  El parque lo puedes visitar en la época del año que te apetezca, nosotros hemos aprovechado la primavera y el calorcito de estos últimos días, porque en invierno puede ser difícil el acceso a algunas zonas a causa de la nieve. Si optas por la ruta que te proponemos, aquí tienes algunos consejos útiles:

  Localización: La Sierra de Segura se encuentra situada en el noreste de la provincia de Jaén, en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. Limita con Albacete y Granada.

  Clima: Los inviernos son fríos y secos, con fuertes heladas. Y el verano es bastante seco y caluroso. Por ello, os recomendamos la primavera o el otoño.

  Vegetación: Destaca la encina como árbol más representativo. Extensos bosques de pinos laricios autóctonos, mezclados con repoblaciones de pinos Carrasco y Negral.

  Fauna: Es famosa la cabra montés, el muflón, el gamo, el ciervo y el jabalí. Entre los reptiles que habitan la zona está la lagartija de Valverde, único lugar donde reside esta especie.

  Gastronomía: Podréis degustar los productos serranos, especialmente, el cordero segureño a la brasa, al horno o en guiso. Muchos de sus platos giran en torno a los potajes, como las habichuelas colorás o la olla de habillas morunas, que ayudan a entrar en calor en los fríos inviernos. Para la preparación de estos guisos se sirven de su exquisito aceite de oliva, que goza de denominación de origen propia.

                                                                                  RUTA EL PRIMER DIA

Al límite de las provincias de Granada y Albacete se encuentra el municipio de Santiago de la Espada, fusionado desde 1975 con el de Pontones, el punto de partida de nuestra ruta. El origen de este pueblo, donde destaca una preciosa arquitectura popular, yace en las acampadas de pastores procedentes de Cuenca, que trasladaban su ganado a las sierras de la zona.

  Nosotros comenzamos a caminar por las callejuelas, típicas de los pueblos de la sierra alta, hasta llegar a la Iglesia de Santiago, de finales del siglo XV y principios del XVI. Entramos y observamos su retablo mayor, barroco y del siglo XVIII, de columnas salomónicas, que yace dentro de la única nave que constituye la parroquia. Desde aquí, nos dirigimos hacia el Balcón de Pilatos, mirador desde donde contemplamos el río Zumeta. Pasaros a ver El Hornillo, una antigua posada con balcón de madera del siglo XVI, preciosa.

  Los alrededores están llenos de lugares para visitar y nos ponemos en marcha sin pérdida de tiempo. Antes de tomar la carretera con dirección a Hornos, en cuyo camino encontraremos un desvío a la aldea de La Toba, nos dirigimos a la cueva del Nacimiento donde se han encontrado restos pertenecientes al Paleolítico Superior. También visitamos los dólmenes y pinturas rupestres en las cuevas del Engalbo, en la zona encontramos huellas de asentamientos ibéricos y tartésicos. En el trayecto hacia La Toba disfrutaremos del valle del río Segura mientras vamos descendiendo a través de él por la cuesta de Despiernacaballos. La carretera, que nos lleva hasta la aldea, es zigzagueante y abrupta, rodeada de una espesa vegetación, en fin, otra belleza de la Sierra de Segura. Una vez en el pueblo, vamos a ver las rocas donde se encuentra la fuente de agua en el interior de una cueva. La Toba es una aldea pequeña, y nosotros aprovechamos para picar algo de comer y continuar la ruta con las fuerzas recuperadas.

  Podemos acceder desde aquí hasta el embalse de Anchuricas con un vehículo todo terreno, porque el camino (indicado por una señal que da paso al Parque Nacional) está prácticamente inundado por el arroyo que mana de la cueva situada un poco más arriba. Alcanzamos la presa, aunque el sendero pedregoso se empeñe en dificultarnos la ruta, y nos entretenemos con las maravillas que ofrece el paraje. También tenéis la posibilidad de dirigiros hacia las Juntas de Miller, donde se funden los caudales de los ríos Segura y Zumeta.

  Hornos es un pueblo declarado conjunto histórico - artístico, y nuestra siguiente meta. Está situado en un cerro, protegido por los restos de su castillo árabe y las murallas. Subimos hasta lo alto del acantilado rocoso que le sirve de aposento a la fortaleza, desde donde se eleva como el gran guardián de la zona. Desde allí, vislumbramos el embalse de Tranco y el valle del Guadalquivir, proporcionando una vista espectacular de estos lugares.

  Nos damos un paseo por el pueblo para conocer su Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Asunción, con portada de estilo renacentista. Tuvimos la suerte de realizar esta ruta el primer sábado del mes, precisamente el día que Hornos organiza su zoco con productos de artesanía producidos en la sierra, y nos damos una vuelta entre los puestos.

  Después de haber contemplado desde lo alto de la muralla el Embalse de Tranco, sentimos la curiosidad de conocerlo más de cerca y emprendemos el camino hacia La Platera donde disfrutaremos del Pantano Tranco de Beas. El paisaje aparece inmensamente mejorado con los chopos que engalanan la zona, y desde luego, te alegrará saber que cerca de estas aguas, en un paraje denominado Fuente de la Higuera, se puede practicar la acampada libre. En el trayecto de vuelta, pasamos por una pequeña aldea, Hornos el Viejo, en cuya entrada nos da la bienvenida un gran nogal y proseguimos la ruta hacia Beas de Segura, pasando por el pueblo de Cortijos Nuevos.

  Beas de Segura nos recibe entre las Sierras de Morena y de Segura, rodeado por las orillas del río Beas. El convento de las Carmelitas, fundado en 1575, conserva las reliquias de su fundadora Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, y lo visitamos antes de conocer el Puente de Mocho, romano del siglo I a.C. que atraviesa el río Guadalimar. En esta zona se han encontrado con restos de útiles del Paleolítico. La noche ha caído en Beas de Segura y aprovechamos, después de cenar, para caminar por el Paseo de Albarracín situado junto al río, de panorámicas preciosas.

                                                                        RUTA DEL SEGUNDO DIA

El descanso de la noche nos ha devuelto las fuerzas, y estamos preparados para comenzar el itinerario propuesto para hoy, después de asimilar el madrugón de la mañanita. Iniciaremos el trayecto en Beas de Segura para conocer sus alrededores, marcados por aldeas de increíble belleza, y acabaremos en el municipio Segura de la Sierra.

  Los pueblos que invaden el lugar, están envueltos en al tradición de la sierra, y transmiten ese sabor popular arraigado en su arquitectura, en sus costumbres, en su gente, etc. Cuevas de Ambrosio es el primero que visitamos, y paseamos por sus calles contemplando las casas típicas de estas aldeas de la sierra. De aquí a Chozas, y después a Arroyo del Ojanco, conociendo cada rincón de estos lugares. En uno de estos pueblos, Chozas, hacemos una parada para tomarnos un desayuno que restaure nuestras energías para pasar la mañana.

  Nos han hablado muy bien de los municipios próximos, y estamos deseando seguir subiendo. La primera parada será Puente de Génave, ciudad erigida antes del siglo I a.C., cuando comenzó la construcción del Puente Viejo que formaba parte de la vía romana que unía el valle del Guadalquivir con Cartagena. Había junto al puente un molino que inevitablemente fue contribuyendo a la agrupación de gente, colaborando en la creación de la ciudad. Pues después de averiguar un retazo de su historia, nada más entrar nos dirigimos a conocer el famoso puente que inició sus comienzos, el Puente Viejo. Resulta ser una obra sencilla de un solo ojo y arco de medio punto, pero impone la época de su edificación, tan lejana y sin embargo tan presente a través de su arquitectura. Después, vamos hasta la iglesia de San Isidro del siglo XIX, y entramos dentro para disfrutar del edificio. Por último, antes de salir de Puente de Génave, caminamos hasta los restos del castillo Peñolite, construido por los árabes.

  La Puerta de Segura es la población considerada la entrada natural de la Sierra de Segura, atravesado todo el municipio por el río Guadalimar. Su antigüedad ha colaborado en el establecimiento de unas ricas tradiciones, y en el buen quehacer artesanal. Nosotros nos damos un paseo por las tiendas donde encontramos piezas de mimbre y cerámica, y por supuesto, volvemos a caer en la tentación de llevarnos un recuerdo del lugar. También, aquí, visitamos los restos de un castillo, donde permanece erguida su torre.

  En este recorrido por los municipios de la Sierra de Segura, nuestro próximo encuentro es con Orcera situado sobre una ladera cerca del río Amurjo. Hasta 1837 no consigue su independencia de la villa Segura de la Sierra. La iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es nuestra primera visita turística en el pueblo, construida en el siglo XVI y que cuenta con una portada de piedra dorada. Su campanario nos encantó, pertenece a una antigua torre del castillo. Cerca de la iglesia está la Fuente de los Chorros, del siglo XVI (igual que la parroquia), y de estilo renacentista. Está constituida por dos chorros, y creo que merece la pena pasarse a verla. Los antiguos torreones árabes, conocidos como las Torres de Santa Catalina, son nuestra siguiente meta y tras llegar al lugar nos detenemos un momento a disfrutar del paraje.

  El punto final de nuestra ruta es Segura de la Sierra, pero hacemos un inciso para conocer los alrededores de Orcera. El río Armujo contribuye a embellecer el paisaje, y desde luego estamos contentos con la decisión de haber realizado esta parada inesperada. Desde aquí, nos dirigimos ya hacia Segura de la Sierra. El monte sobre el que descansa nos recibe, como muchos siglos antes lo hiciera con los griegos, y permanece altivo con la coronación del castillo que se eleva prepotente. Seguro que os sorprendéis al descubrir que aquí nació Jorge Manrique, cuya casa aun se conserva.

  Decidimos pasar el resto del día en la población para conocer los monumentos de mayor interés. El castillo de origen mudéjar es nuestra primera visita, donde se aprecian las torres cuadrangulares y la torre del Homenaje. Las fuentes me encantan, no sé si es porque al igual que los árabes me encandila la abundancia del agua o simplemente porque algunas están construidas con un gusto exquisito, y consigo convencer al resto para visitar la Fuente Imperial de Carlos III, de estilo plateresco donde se conserva el escudo del monarca. También nos acercamos a los baños árabes, únicos en la provincia de Jaén. La Parroquia de Nuestra Señora del Collado es de origen románico y fue restaurada en el siglo XIX, después de haber sido destruida por las tropas napoleónicas, y nos interesa especialmente por la Virgen de la Peña de Orcera y un Cristo yacente atribuido a Greogorio Hernández, que recoge en su interior.

  Los dos días han sido completos y divertidos, la única pena es volver a la rutina semanal.